Como amigo de Finlandia, he venido a todos sus habitantes, tanto creyentes como no creyentes. El mensaje que traigo, el Evangelio que se me ha encargado predicar, tiene como finalidad llegar a los corazones de todos los hombres y mujeres. Tiene la fuerza para despertar y animar todo lo que es noble en el espíritu humano, y señalar el camino para un mundo de paz auténtica y verdadero progreso. Durante siglos ha formado la visión y la conciencia del pueblo finlandés. En nuestros días, puede ofrecer una guía segura a aquellos que buscan la verdad y anhelan la construcción de una sociedad caracterizada por la justicia, la armonía y la solidaridad universal. Papa San Juan Pablo II en el Palacio presidencial de Helsinki. Domingo 4 de junio de 1989. ORAMOS HOY POR LAS FAMILIAS FINLANDESAS.
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