Vengo con gusto a estar con vosotros en esta bella ciudad para rezar juntos, proclamar la Palabra de Dios y celebrar juntos la Eucaristía. Os pido que recéis para que estos días sean fructíferos, de modo que Dios confirme nuestra fe, fortalezca nuestra esperanza y acreciente nuestro amor. Que en estos días lleguemos a ser nuevamente conscientes de lo mucho que Dios nos ama y de que Él es verdaderamente bueno. Por eso hemos de estar llenos de confianza de que Él es bueno para con nosotros, tiene un poder bueno y nos lleva en sus manos; a nosotros y a todo lo que mueve nuestro corazón y es importante para nosotros. Y queremos ponerlo conscientemente en sus manos. En Él, nuestro futuro está asegurado. Él da sentido a nuestra vida y puede llevarla a plenitud. El Señor os acompañe en la paz y os haga mensajeros de su paz. Gracias de corazón por la acogida.VIAJE APOSTÓLICO A ALEMANIA 22-25 DE SEPTIEMBRE DE 2011 SALUDO A LA CIUDADANÍA
DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
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